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Catolico: Periódico oficial en Español de la Arquidiócesis de Chicago

Terremotos

El terremoto que destruyó Puerto Príncipe, la capital de Haití, ha provocado un torrente de preocupación y generosidad. El número de personas que murieron sigue siendo incierto, la destrucción física de la ciudad es evidente en las muchas imágenes transmitidas por la televisión. Pareciera que estamos viendo una de las muchas ciudades europeas que fueron destruidas por los incesantes bombardeos durante la II Guerra Mundial.

La Iglesia católica en todo el mundo, y aquí en el país, sigue expresando su solidaridad con el pueblo haitiano con oraciones y el envío de cantidades masivas de ayuda de emergencia. Cuando ocurrió el sismo Catholic Relief Services, la extensión en el extranjero de lo que Caridades Católicas hace en cada diócesis, tenía una red de más de trescientas personas en Haití. Gracias a que conocían el lugar y la gente y a que están entrenados para prestar ayuda donde más se necesita, se pusieron a trabajar inmediatamente.

Las contribuciones de la Santa Sede para actividades de socorro en Haití están siendo canalizadas mediante Catholic Relief Services (CRS, por sus siglas en inglés) de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos. El ejército de Estados Unidos está trabajando en estrecha cooperación con CRS, debido a que nuestras fuerzas militares controlan actualmente el aeropuerto, las carreteras y los medios de comunicación. La presencia militar de EE.UU., está previniendo el caos en una situación donde el gobierno local ha dejado de funcionar. En la situación inmediata de emergencia, la ayuda va donde se necesita, el futuro de Haití, por supuesto, tendrá que ser resuelto por los que viven y trabajan allí.

Muchos haitianos viven y trabajan fuera de Haití. Hay dos parroquias de la Arquidiócesis de Chicago, donde los haitianos celebran la Eucaristía y se reúnen cada domingo. Hay un sacerdote haitiano incardinado en la Arquidiócesis, diáconos haitianos y muchos fieles. Algunos de sus familiares que residían en Haití murieron a causa del terremoto. Además de misas y oraciones especiales, los católicos de la Arquidiócesis han contribuido a los esfuerzos de socorro en Haití mediante el apoyo que han brindado a la Campaña Católica Anual, de cuyos fondos se destina una parte para hacer una contribución regular a Catholic Relief Services. Por otro lado, nuestras parroquias han realizado colectas especiales para apoyar los esfuerzos de socorro de CRS ante el terremoto.

También se necesita ayuda para los haitianos que se han convertido en refugiados a raíz de la destrucción de su país. El Departamento de Servicios para Niños y Familias ha acordado recibir treinta vuelos de niños haitianos que se espera que lleguen a Chicago durante las próximas semanas; esta agencia estatal ha pedido a Maryville y a otros hogares para infantes que ayuden a cuidar a estos niños y niñas. El gobierno de EE.UU. también ha acordado permitir que los haitianos que se encontraban viviendo en los Estados Unidos, cuando se produjo el terremoto permanezcan aquí por lo menos dieciocho meses. En este momento, hay pocas razones para ir a casa.

Cuando el terremoto golpeó a Puerto Príncipe, yo me encontraba en Turquía haciendo una peregrinación personal de una semana a los sitios de siete Iglesias mencionadas en el Libro de Apocalipsis. Escribiendo desde su exilio en la pequeña isla de Patmos, en la costa de lo que era la Provincia de Asia en el Imperio Romano, San Juan compartió con los cristianos de siete ciudades su visión de las persecuciones y las calamidades naturales que marcarían el fin de los tiempos. Alabó su fidelidad y corrigió sus defectos (Apocalipsis 1 – 3).

La mayoría de estas siete ciudades del Apocalipsis están en ruinas, ya que fueron destruidas una y otra vez por terremotos. Se reconstruyeron en el mismo lugar en diferentes oportunidades, pero finalmente fueron abandonadas a causa de la conquista, el cambio en el flujo de un río o algún otro desastre natural. Los terremotos han dado forma tanto a los lugares donde habita la humanidad como a su historia, en todas partes del mundo a lo largo de los siglos, provocando tragedia y sufrimiento en cada generación. Sin embargo, nuestra respuesta puede producir un bien moral a partir del mal físico.

La visión del Apocalipsis es un desafío constante para todos los que buscan la plenitud del significado en la revelación divina. El visitar las ruinas de estas antiguas ciudades nos recuerda la fuerza de las palabras de las Escrituras, como siempre ocurre cuando se visitan sitios bíblicos. Diariamente leía:: “El que tenga oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias (Apocalipsis 3:22)”, y ore porque podamos escuchar lo que el mismo Espíritu dice hoy a la Iglesia de Chicago.

Un terremoto de orden político parece haber sido desencadenado por la reciente e inesperada elección de un senador republicano en el Estado de Massachusetts. A pesar de lo que pueda ocurrir a continuación, los Obispos de los Estados Unidos siguen comprometidos con la reforma de salud que ayude a todos a recibir cuidados y que asegure que nadie será asesinado de manera deliberada. Al establecer que las condiciones pre-existentes de salud no pueden utilizarse para rehusarse a asegurar a alguien, al ampliar los beneficios a madres embarazadas y a establecer muchas otras buenas disposiciones para el cuidado de personas que en la actualidad se encuentran descuidadas por parte del Senado y el Proyecto de ley de la Cámara, en cuanto a la ampliación de los servicios de salud.

Sin embargo, ninguno de los proyectos de ley han resuelto el problema de la asequibilidad de manera adecuada y ninguno de ellos incluye a los inmigrantes indocumentados en los planes de salud nacional propuestos. Ningún proyecto de ley prevé de manera adecuada la protección de la conciencia de los trabajadores de atención a la salud. El proyecto de la Cámara protege las conciencias de los contribuyentes al mantener en vigor la presente ley que prohíbe el uso de dinero de impuestos federales para financiar el aborto o los planes de seguros que pagan servicios de aborto; el proyecto de ley del Senado, el cual es una invención jurídica de Rube Goldberg, fracasó en lograr esto, a pesar de la promesa clara del presidente Obama de que los impuestos federales no se utilizarán para pagar abortos.

Un proyecto de ley para reformar los servicios de salud sin la protección adecuada de la conciencia personal sería un terremoto en nuestra vida jurídica y política. Las leyes de los Estados Unidos han protegido a personas que han objetado por conciencia en muchas áreas de la vida. Eliminar esa protección en los servicios de salud ahora nos acercaría más al despotismo. Parece extraño que algunos de los legisladores que más protestan contra la “imposición” que hace la Iglesia de sus ideas a los demás son los mismos que están dispuestos a imponer su propia moralidad a todos los demás.

El Espíritu que guió a las Iglesias de Asia Menor, hace dos mil años nos habla aún de las enseñanzas de la Iglesia, formadas mediante la razón y la palabra de Dios. Debemos ser libres para seguir esa enseñanza, de manera personal y comunitaria en nuestras instituciones. Los que tengan oídos, déjenlos escuchar, en su cabeza y en su corazón.

Sinceramente suyo en Cristo:

Cardenal Francis George,O.M.I.

Arzobispo de Chicago

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